viernes, 27 de noviembre de 2009

Extracto de un artículo en la revista de la UNAM, donde se menciona El legado, por la célebre escritora mexicana de origen francés, Fabienne Bradu

La sombra ominosa de Adolf Hitler dominó el imaginario del
siglo XX. Fabienne Bradu se lanza a explorar las formas en que
el dictador alemán ha reencarnado como personaje de ficción.

RevistadelaUniversidadNacionalAutónomadeMéxico

Ignoro la razón de una reciente proliferación de
novelas hitlerianas en España, pero una rápida revisión
de algunos títulos muestra que este país es tierra fértil
para las ficciones habitadas por el fantasma teutón. La
más reciente: El legado, la hija de Hitler (2009), por
Blanca Miosi, así aparece reseñada: “El protagonista es
Hermann Steinschneider, un austriaco de origen judío
que trabajó en su juventud como mago y mentalista en
diversos circos ambulantes en los lejanos años veinte.
Su suerte cambia cuando recibe la visita del misterioso
señor de Welldone, que le ofrecerá lo que siempre anheló
poseer: poder, la posibilidad de convertirse en el mejor
mago del mundo gracias al verdadero conocimiento.
La ambición le ciega y acepta el trato, aun sin saber lo
que tendrá que ofrecer a cambio. Posteriormente se traslada
a Berlín y gracias a la mediación de Hans Ewers
comienza a frecuentar a la alta sociedad, ya con el nombre
de Erik Hanussen. Crea el ‘Palacio del Ocultismo’
y su fama empieza a crecer, auspiciada por los notables
clientes que visitan su casa. Es entonces cuando conoce
a Adolf Hitler y a gran parte de sus lugartenientes,
en un momento en el que todavía los nacionalsocialistas
son unos recién llegados al escenario político alemán de
entreguerras. Gracias a las técnicas esotéricas y de control
mental que le enseña, nuestro protagonista consigue
que Hitler domine el poder que le otorgan las masas,
influyendo activamente en su ascenso vertiginoso.
Se convierte en consejero personal del Führer, pero no
puede predecir lo que pretende realmente este hombre
al alcanzar el mando absoluto. Aterrado ante las perspectivas
intenta detenerlo pero ya es demasiado tarde.
Cae en desgracia al dar la noticia del inminente incendio
que destruirá el Reichstag, sede del gobierno alemán,
y su vida se convertirá en una pesadilla. Es entonces
cuando percibirá que no es tan fácil cumplir lo
acordado con Welldone. Su propia hija, Alicia, ha tenido
a espaldas suyas una relación amorosa con el mismísimo
Hitler, cegada por el amor que siente por él y negándose
a ver lo que es evidente para el resto del mundo.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial su padre le obliga
a huir a Estados Unidos sin saber que parte de la profecía
anunciada por Welldone estaba a punto de cumplirse:
le vaticinó que la sangre de su familia no debía
mezclarse con la del líder nazi, hecho ya consumado al
encontrarse embarazada su hija. El ocultista se refugia
en Suiza, mientras sigue tejiendo su red de contactos y
vigilando por la seguridad de su familia, perseguido por
las huestes de Hitler. Con sus conocimientos intentará
ayudar al bando aliado a ganar la guerra, pensando que
con ello podrá librarse de su maldición. Pero el destino
le sigue guardando sorpresas, ya que una vez acabada la
guerra se dará cuenta de que el peligro sigue latente,
que su mentor sabía lo que iba a ocurrir y él no puede
hacer nada por evitarlo. La historia personal de los protagonistas
se sigue desarrollando, naciendo después Sofía,
la hija de Hitler. Una chica especial a la que su abuelo intentará
sobreproteger, aunque ella tomará sus propias
decisiones. Generaciones venideras llegarán al mundo,
pero el patriarca siempre temerá que llegue el momento
en el que se cumpla la profecía. Y hasta el fin de sus días
luchará por sobreponerse al infausto destino que la vida
le ha deparado”.


El Premio Euskadi de Literatura en Euskera galardonó
en 2006 la novela de Harkaitz Cano, La boca de
la hierba, que imagina que Hitler no muere en Berlín
en 1945, que no pierde la guerra, se adueña de Europa
entera y toma un barco hacia Nueva York con la intención
de apoderarse de América. Tiene a Charles Chaplin
prisionero en una bodega del barco, víctima de la ira
del líder nazi, a quien no le gusta nada “El gran dictador”.


Pese a estos oscuros augurios, un crítico español
afirma: “En esta ágil, tierna y poética narración, Harkaitz
Cano construye una bella alegoría de la libertad
personal”. El VIII Premio de novela Alfonso X el Sabio
26 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO
George Grosz, Dämmerung, 1922
coronó, en su edición de 2008, una novela de Juan Murillo,
Shangri-la, La cruz bajo la Antártica, cuya trama
es la siguiente: “En el año 2000, Eilert Lang, biólogo
noruego, formó parte de la expedición científica al Polo
Sur bautizada como Millennium Research 2000 junto
a otros ocho estudiosos sobre el efecto climático. Allí
descubrió un secreto terrible que le costó la vida a todos
sus compañeros y que también le hubiera costado la
suya si los americanos de la base Wichita no le hubieran
dado por muerto: una ciudad subterránea construida
por los nazis, la llamada Nueva Suabia, sede del
mausoleo de Hitler, que logró refugiarse allí tras la guerra
y que murió plácidamente en 1968. El nombre en clave
de ese lugar conocido como la base 211 es SHANGRI-LA,
una fortaleza inexpugnable que custodia, bajo la mítica
Antártida, el poder de la cruz gamada. Eilert Lang
consigue hacerse con documentos comprometedores
que demuestran la pervivencia del ideario nazi en una
logia llama Ultima Thule con ramificaciones en todo
el planeta, que a través de poderosas alianzas organiza
en la sombra la política mundial. Eilert lleva seis años
ocultándose para evitar a los sicarios de tan peligrosa
organización, pero decide poner fin a su calvario y se
pone en contacto con el periodista Simon Darden, redactor
jefe de The Guardian, para revelarle la existencia
de documentos clasificados que, de salir a la luz, cambiarían
el curso de la historia. Entre ellos una fotografía
del cumpleaños sesenta y ocho de Hitler junto a Eva
Braun y algunos de los grandes dirigentes nazis a los que
se dio por muertos en el führerbunker o desaparecidos
tras el juicio de Nüremberg”.


También habría que mencionar Los demonios de Berlín
(2009) de Ignacio del Valle o El mesías ario (2007)
de Mario Escobar o Los elementos del mundo (2009) de
José María Beneyto, pero sus tramas no nos esclarecerían
más el florecimiento de ficciones sobre el Führer
en el imaginario ibérico. Finalmente, cabe observar que
Hitler está conquistando el mercado de narrativa infantil,
señal de su excelente salud literaria como decía
en un principio. Da fe del suceso la escritora Judith
Kerr con un libro titulado Cuando Hitler robó el conejo
rosa, publicado en 2002 por Alfaguara en su versión española,
que “narra el exilio de Anna y su familia, primero
a Suiza y más tarde a París y Londres, huyendo de
Hitler debido a que su padre era escritor y, encima, judío.
Cuando tienen que huir, su madre sólo le deja llevarse
un juguete, Anna opta por un perro dejando atrás
a su conejo rosa con el cual sueña todas las noches e
imagina en manos de Hitler, un señor que no le parece
tan peligroso pues se asemeja a Charlot. Es una historia
que atrapa y que no deja indiferente como sucede
con El diario de Anna Frank, en ambas vemos reflejado
lo que sentían en unos momentos tan duros aunque
hay diferencias, pues Anna Frank sí que sufre en carne
propia el odio que sentía Hitler hacia los judíos mientras
que la otra Anna logra huir y vivir la guerra desde
Londres que, aunque sufre también los bombardeos,
no es un Campo de Concentración”.


No puedo garantizar los resultados de todos estos
planteamientos porque no he podido, ni he querido
leer esta reciente oleada española. Uno se satura rápidamente
de fantasmas tan extravagantes como Hitler
revivido. Por lo demás, me pregunto de qué depende el
éxito de una ficción führibunda: ¿de la invención de la
trama, de un estilo en filigrana o de unos trazos expresionistas,
de la osadía o de la perspicacia? Es difícil decidirlo,
pero le apostaría ante todo al talento del escritor.


En este sentido, ningún fantasma es garantía de
nada y, además, sospecho que nadie escoge sus fantasmas.
Más bien el escritor es escogido y creado por ellos.
Sin embargo, también cabría preguntarse por qué, fuera
tal vez de Morirás lejos de José Emilio Pacheco, México
no ha sido posesionado por esta obsesión. ¿Para cuándo
surgirá un Hitler resucitado en Ciudad Juárez o encabezando
algún cartel en el Golfo? El fantasma está en busca
de autores.

Fabienne Bradu

Nota: La reseña tan completa que publica Fabienne Bradu no la recuerdo de ninguna de las que hasta ahora han hecho de mi novela, por lo que agradezco el que la haya leído.