Me pasa constantemente. Es un wanderlust irrefrenable que lleva mi mente a distintos puntos del globo sin motivo aparente. Hasta ahora solo me había ocurrido con lugares, no obstante, he descubierto que el fenómeno se reproduce con ciertas épocas.
El legado, de Blanca Miosi, me ha llevado a una de las fechas claves para la humanidad: la Segunda Guerra Mundial. He leído muchísimos libros al respecto, sobre todo de Ken Follet y también de Danielle Steel. La época es tan fascinante que la sola mención en la contraportada favoreció mi predisposición a la lectura.
Hace ya un par de semanas que terminé de leer El Legado, y no me tomó mucho tiempo. De hecho me descubrí robando minutos de estudio para avanzar un par de páginas, en especial durante la primera mitad del libro, que es mi preferida.
Creo que el enfoque místico es muy original. No tenía ni idea de que Hitler pudiera haber recurrido a las ciencias ocultas para alcanzar su reinado. Me gusta la ambición de Erik Hanussen, el poder creer durante 411 páginas en la magia y el destino. Blanca, has conseguido hacerme dudar entre ficción y realidad, lo cual me encanta y hasta la fecha solo había logrado conmigo Dan Brown. Eso sí, no me gusta tanto que ganen los malos, y hacia la mitad del libro la fatalidad se escurre como tinta rojiza entre las páginas. Conservé la esperanza de que los descendientes de Erik Hanussen pudieran vencer el destino que les aguardaba, pero finalmente no fue así.
La magia se convierte entonces en sentido común. El afán por intervenir en el destino, si se le puede llamar tal, acaba conduciendo a los personajes a autocumplir las profecías de Welldone. Resultado: el desastre. La muerte de Sofía, mi personaje favorito después de Hannusen y Welldone, estaba admirablemente descrita. Después de que ella se vaya, algo se pierde en la historia. En el momento en que entran los nuevos personajes se diluye ese ambiente místico, que va siendo sustituido por una desgracia que asoma.
Pero de nuevo regresa el misterioso Welldone, para mí la clave de la historia, la piedra angular, el misterio y la chispa. Me caía bien el tipo. Un personaje que destila psicología. A pesar de sus escasas apariciones, es un iceberg con mucho hielo debajo del agua, o así lo imagino yo. Creo que podrían escribirse historias enteras sobre él.
Me ha gustado, Blanca, aunque la intromisión de la tercera generación, en contraposición al cariño que ya le había cogido al resto de personajes, se me hizo dura. Y para cuando le había cogido cariño a Justine… De nuevo la fatalidad. Maldita fatalidad.
Te felicito por el conjunto. La escalada al poder de Hitler, la gestación del nazismo, la ambición de Hanussen… Son temas interesantísimos, y tu visión sobre ellos añade algo importante, que a mi parecer se echa de menos en muchas de las historias contadas sobre la época: es ese baño de misticismo, de innovación, de nueva perspectiva.
Natalia Rubio