Como a estas alturas, y como devoradora compulsiva de libros que soy desde hace más de 30 años, ya desespero de que alguien venga y me sorprenda, he aprendido a disfrutar con las pequeñas cosas, los pequeños detalles, las pequeñas delicias que puede ofrecer una novela. Y ésta me ofrece muchos detalles deliciosos.
Podría haberse quedado en otra novela más sobre el nazismo, el holocausto y la guerra. Pero Blanca va más allá y construye una historia exquisita, una memorable saga familiar donde cada personaje te hace estremecer con sus personalísimas vivencias. No se queda en Alemania, sino que explora otros lugares, otros tiempos más allá del fin de la guerra y el "supuesto" suicidio de Hitler.
Historias como la de Albert, Sophia, Oliver o Justine hacen que reflexionemos sobre el eterno tema del propósito del ser humano. ¿Para qué estamos aquí y qué queremos ser? Hay un elemento esotérico, o mágico, no sé muy bien definirlo, que envuelve toda la novela de la mano de Erik Hanussen, una reflexión sobre el poder y lo que somos capaces de sacrificar para conseguirlo. Hasta dónde somos capaces de llegar...
Una lectura de lo más recomendable; un trabajo delicado y a la vez sencillo, con un lenguaje claro y asequible a todos los públicos. Una de las mejores lecturas de este verano que ya se nos ha ido...
Este comentario fue publicado por mi buena amiga:
Julia Siles Ortega
En su blog:
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