jueves, 23 de febrero de 2012

Más allá de El legado, por Jaime Cortés (Reseña)

¿Saben que Adolf Hitler era una especie de fanático de las ciencias ocultas, y que utilizó un buen número de antiguas leyendas y tradiciones arcaicas para configurar la ideología del Tercer Reich? Con su habitual profesionalidad y elegante escritura, Blanca Miosi nos desvela uno de los misterios más escondidos de la época: la profunda amistad y admiración que Hitler profesaba hacia Erik Hannusen, visionario, astrólogo, mago y charlatán, que hizo fortuna leyendo el futuro y participando en sesiones en las mansiones más elegantes del Tercer Reich.

A medio camino entre la realidad y la ficción, "El legado" nos sumerje de lleno en el terreno de la magia, mezclada con el ánsia de poder de los más altos jerarcas nazis. Asistimos a la ascensión y caída de un régimen condenado al fracaso desde su mismo punto de partida, basado en el mesianismo de un hombre convencido de que el mundo giraba a su alrededor. Erik Hannussen participó en alimentar el ego, la locura y la prepotencia no sólo de aquel hombre, sino de los lobos que bailaban a su alrededor. Cuando todo acaba, cuando el caos se cierne sobre aquel reinado del terror y la oscuridad, los dos hombres que lo alimentaron, Hitler y Hannussen, aparentemente desaparecen con él.

Pero ahí no acaba "El legado".

No, y podría decirse, o al menos esa fue la sensación que tuve al leerla, que es precisamente la historia que nos cuenta Blanca a continuación la que engancha, la que mantiene la tensión hasta el mismo final. Unos personajes, descendientes de aquellos otros dos gigantescos representantes de las ambiciones y la egolatría del ser humano, deambulan por el mundo sin poder apenas controlar su propio destino, marcado por los genes que llevan en su interior. Es entonces cuando la acción se acelera, cuando asistimos al ocaso y caida de algunas personas que procedían de aquel entorno.

"El legado" no defraudará a nadie. Contiene los elementos necesarios para disfrutar profundamente con su lectura. Enigmas, riesgo, tortuosas relaciones familiares, amor, odio, pasión y dolor, todo ello entremezclado a la perfección en la magnífica coctelera literaria que nos ofrece Blanca Miosi con la generosidad que la caracteriza. Un título que afianza la posición de esta escritora en el mundo de los grandes autores, tanto por sus méritos propios como por la legión de lectores que la seguimos en esa trayectoria ascendente. Lectores que disfrutamos con sus palabras: Lectores, en definitiva, entre los cuales me encuentro con sumo placer.

Félix Cortés, escritor

miércoles, 8 de febrero de 2012

Una valiosa critica a El legado, por Daniel Franco

Apenas el fin de semana pasado terminé de leer este libro, El legado, de la famosa autora Blanca Miosi.

Es un libro de ficción histórica que hace muy buen uso de todos los huecos y brechas que existen entre los hechos históricos de los conocidos personajes que aparecen allí. Claro, no existen próceres ni monstruos en el mundo que se les haya documentado cada instante de su vida... Entonces, la autora entreteje la trama allí, en esos nichos posibles, y dota a la fantasía que nos relata de un posible aire de realidad.

Pero más que la posible factibilidad de los hechos relatados en la novela, lo que logra dotarlo de ese dejo a memoria olvidada es la abundante evidencia de que los protagonistas tan solo eran humanos (y se podría decir esto, en especial, de los antagonistas). Es la coherencia de su proceder, y sobre todo la de sus flaquezas y debilidades, la que nos permite imaginar que los personajes que conocemos dentro de las páginas alguna vez caminaron en nuestro mundo.

Dos cosas en particular me parecieron notables en esta novela.

La primera es que hay un vaticinio que agobia a cada uno de los protagonistas y antagonistas, mas no obstante nunca se menciona ni completo ni en su contexto. Es decir, no existe escena alguna donde aparezca articulado por su oráculo, o donde se explique cómo o qué condujo a su pronunciamiento. Eso me trajo gratos recuerdos de otros autores que han usado el mismo dispositivo para crear una coherencia interna y dotar al mundo que han creado con su pluma de sus propia vida secreta, que al final y al cabo es tal y como sucede en el mundo real. Entre otros, Frank Herbert, Bruce Sterling y David Wingrove han hecho lo mismo.

La segunda es el desenlace de la novela, que no voy a mencionar con detalles aquí, pero que me demuestra que la autora todavía tiene confianza en sus lectores, y les ofrece ese final como un obsequio, como diciendo «hasta aquí llegó mi pluma, lo demás corre por su cuenta».

Hay algunos detalles que me parecieron desafortunados, pero no lograron disminuir casi nada la placentera experiencia de haber leído el libro. Por ejemplo, existen algunas erratas, pero me atrevo a pensar que solo existen en la versión Kindle. También, hay dos o tres ocasiones en las que, sin requerirlo la trama, el registro del lenguaje usado cambia notablemente y solo por dos o tres oraciones.

En resumen, es un libro que recomiendo leer a todo el que disfrute de dejar volar la imaginación y preguntarse de vez en cuando: «¿qué pasaría si tal o cual cosa hubiera sucedido de esta otra manera...?»


Daniel Franco

¡Gracias por las cinco estrellas, Dan!